martes, 2 de julio de 2013

Lo que aportan los viajes

Cuando uno viaja recibe muchas y variadas experiencias, la mayoría enriquecedoras; paisajes sorprendentes, ciudades de belleza extraordinaria, rincones únicos, gentes y formas de vivir nuevas que engrandecen un poco más nuestra existencia. La semana pasada estuve en Polonia, visité sus ciudades y comprendí un poco mejor la mentalidad del país, sus costumbres y su historia. El domingo fui al campo de concentración de Auschwitz, cercano a la ciudad de Cracovia. Desde hace mucho tiempo tenía el deseo de realizar esa visita, la necesidad más bien de ir allí, de estar allí; una visita de homenaje, de memoria, de respeto hacia tanto sufrimiento padecido y concentrado en ese lugar para el recuerdo.
El sentimiento fue tan fuerte, tan intenso, tan profundo que no lo podré olvidar nunca; pero sobre todo fue un estremecimiento interior, una manera de ser consciente, vívidamente consciente, de lo afortunados que somos, de la suerte que tenemos y de lo poco que lo apreciamos, embebidos a veces en cosas nimias y sin sentido. La vida es frágil, y nosotros mucho más. Lo que ocurrió allí fue algo tan inhumano que cuesta entender que pudiera llegar a suceder.
Fueron los pocos supervivientes los que regresaron al campo unos meses después de ser liberados para salvaguardar aquel infierno, para que la humanidad supiera lo que allí pasó, para evitar que desapareciera lo que allí sucedió, porque el olvido o, peor aún, la ignorancia puede suponer que se vuelva a repetir la historia. El KL de Auschwitz se abrió a los visitantes en el verano de 1947, dos años después de ser liberado.
No se trata de morbo... Es conveniente saber hasta qué punto el ser humano puede resultar cruel, sanguinario, despiadado... Y hasta qué punto, en un instante, puede llegar a quebrarse lo cotidiano, lo habitual, la fortuna de vivir, de respirar...
Puedo afirmar que para mí ha resultado ser una experiencia, un aprendizaje, un sentido y respetuoso homenaje...

6 comentarios:

  1. Auschwitz, Berge-Belsen, Dachau, Mauthausen, Ravensbrück, Soldau…lejos en el tiempo pero siempre frescos en nuestra memoria. Para que aquel horror no vuelva a suceder. Para seguir luchando contra los que dicen que nunca sucedió. Un placer leer tus vivencias, gracias por compartirlas.

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  2. Un placer leer tus experiencias y vivencias.

    Un saludo!!!

    PD: Te visito desde el club de lectura de senderos íberos, donde pude leer tu libro "El alma de las piedras" que me ha encantado y me ha dejado maravillada ante tu prosa y la enorme tarea de documentación que encierra la historia.

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  3. Holaaaaaa Paloma , aquí estoy también. Te deseo lo mejor (Esto ya lo sabes) , me encanta el Blog y desde aquí estaremos pendientes de todo lo que tu mente expresa para nosotros tus lectores , un beso M Carmen.

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  5. Paloma, ya te persigo por aquí. Es tan precioso lo que describes de los viajes. También he tenido sentimientos parecidos al tuyo, cuando me he encontrado con la historia y la cultura propiamente dicha de mi país. Eres una maravillosa escritora que sabes llevar plenamente por el hilo conductor de las historias que construyes, alimentado por un lenguaje exquisito y al finalizar me quedo con lo que llaman "Resaca Literaria" Eres ya mi escritora favorita. Gracias por regalarnos tus libros. Un gran abrazo desde Lima-Perú.

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  6. Como siempre, un relato vívido, que pone los pelos de punta.
    Me alegra enormemente que pudieras pisar ese trozo de historia de la humanidad. Creo que es algo que todo ser humano debería hacer al menos una vez en la vida. Todas las personas que conozco que lo han visitado dicen lo mismo: nunca olviare la sensación de estar allí.
    Gracias por compartir esa experiencia que invita, incita, casi obliga a hacer ese viaje.

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